22. Tierra de agua
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"Tierra de agua" (Venecia, 2010) ® Mariana Domínguez Batis |
"¿Mariana, alguna vez
has ido al carnaval de Río de Janeiro en tanga?", me pregunta el
hiperactivo Théo a la mitad de la clase, quien se sorprende y sonroja ante mis
ojos de plato y dice con un leve signo de arrepentimiento "no puede ser,
entendió lo que dije".
La escena tiene lugar el viernes previo a las vacaciones
de invierno, por lo que los alumnos de cuarto año de secundaria, de unos
catorce años en promedio, están más inquietos que nunca. Para combatir su
impaciencia, elijo como tema para el día "el carnaval". Lo cual
resulta a la maravilla. Si con la lección de Frida Kahlo se conmovieron
mínimamente, el carnaval les encanta. Se emocionan, participan por completo en
español sin dificultad (lo que no siempre sucede) y hasta bailan (aún más
extraño) con los videos que Eréndira (asistente oriunda de Veracruz y por lo
tanto experta en el tema) me recomendó en YouTube.
Río de Janeiro, Veracruz, Niza, Tenerife, Las Palmas,
Venecia, y otras ciudades, son el escenario de los coloridos desfiles, bailes,
rituales y fiestas que les muestro con el videoproyector. La conclusión
generalizada a la que llegan casi todos se resume en: "Mariana, amamos la
fiesta, amamos el carnaval. Nos gustaría mucho ir a Río de Janeiro o a algún
carnaval de América Latina, porque son diferentes, son más alegres. Aquí
rompemos huevos en los coches, nos disfrazamos y hacemos desfiles, pero todo es
más serio".
Con esa idea en mente, una semana más tarde, me dirijo
con Eréndira y Juan hacia Venecia. A la llegada a la ciudad, nos instalamos y
salimos a pie hacia la plaza de San Marcos. Atravesamos todo el centro y nos
sorprendemos con los exquisitos disfraces de los caminantes. Vemos rastros de huevos
rotos y confeti por las calles, pero hay algo que no nos cuadra, hay poca
música y casi nada de baile. Pensamos que es por la hora, medianoche.
Al día siguiente, volvemos en búsqueda de lo no visto y
una vez más encontramos hermosos disfraces y pasarelas. Lo disfrutamos mucho.
No es como el carnaval en América Latina, como me previnieron mis alumnos, pero
sin duda es hermoso y lleno de tradición.
De regreso al colegio, la primera pregunta del día la
hace Théo: "Mariana, ¿cómo te fue en Venecia, había muchas chicas con
tanga?". "Théo, ese tipo de preguntas no se hacen en clase, pero si
de verdad lo quieres saber, estábamos a -2º, imagina tú".
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