viernes, 30 de septiembre de 2011

10. Botella al mar

"Botella al mar" (Marsella, 2010)                                                                                              ® Mariana Domínguez Batis

El francés que se habla en el sur de Francia es distinto al que estudié, tanto que el territorio se dividía antiguamente en Languedoc (al sur) y Languedoïl (al norte), simplemente por las maneras de decir "sí/oui: oc/oïl". Es por ello que a veces me cuesta trabajo entender lo que escucho. Mi primer día en Francia, Cathy, mi casera, me preguntó si quería pan con la cena y no pude responder hasta que me mostró la hogaza, pues en vez de pronunciar "pain", pronunciaba algo como "peing"...

            Un mes después de haber llegado, en un día feriado con motivo del fin de la primera guerra mundial (la cultura se ve hasta en los descansos escolares), me embarqué con mi casera en una nueva expedición: Marsella, donde nos recibió la familia de su prima Marisse.

La noche de la primera cena estuvo inmersa en la confusión, al menos para mí. Cathy y su prima vociferaban con un acento nativo de Béziers (que una amiga mexicana residida en Francia, me explica como lo equivalente al yucateco), mientras que el esposo de Marisse y sus hijos no paraban de hablar en un nuevo acento para mi registro mental: el marsellais; todos al mismo tiempo. Debo confesar que en ese momento no entendí más que la mitad de las conversación.

            Me fui a la cama confundida, nunca antes había sentido un mareo tal por tanta información acumulada. Cuando por fin concilié el sueño, comencé a soñar con la guerra de trincheras, el tratado de Versalles, discusiones entre generales y una botella que un soldado dejó en el mar con importantes secretos de guerra. Todo en francés.

Al siguiente día, me levantéa acomodadoltante del francdormú que entende generales, todas en francto para mi registro mental al desayuno y nuevamente comenzó la lucha por la palabra, sólo que esta vez la diferencia fue que entendía todo y hasta pude participar: la pieza faltante del francés por fin se había acomodado mientras dormía.


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