7. Ruta a Chelva
Apenas con dos semanas de trabajo, llegan las vacaciones de la Toussaint, con motivo de la remembranza de todos los santos y de los fieles difuntos, nuestro equivalente a Día de Muertos. Puede parecer extraño que los franceses descansen dos semanas por este motivo, pero todo comenzó hace tiempo, cuando esta época era el tiempo de cosecha de patatas y los niños no iban a clases por trabajar con sus padres, hasta que el estado decidió convertir el periodo en descanso oficial.
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"Ruta a Chelva" (Comunidad valenciana, 2010) ® Mariana Domínguez Batis |
Apenas con dos semanas de trabajo, llegan las vacaciones de la Toussaint, con motivo de la remembranza de todos los santos y de los fieles difuntos, nuestro equivalente a Día de Muertos. Puede parecer extraño que los franceses descansen dos semanas por este motivo, pero todo comenzó hace tiempo, cuando esta época era el tiempo de cosecha de patatas y los niños no iban a clases por trabajar con sus padres, hasta que el estado decidió convertir el periodo en descanso oficial.
Para comenzar el asueto, emprendo una excursión a las
montañas de un pueblito de la comunidad valenciana llamado Chelva. Apenas dos
semanas atrás me inscribí a la Asociación de Senderistas de Francia y con
zapatos de montañista impermeables, un rompevientos y ninguna experiencia,
escalé un pequeño monte en Saint Michel de Moucairol.
Después de las dos
excursiones puedo concluir que el senderismo a la francesa no es lo mismo que
el senderismo a la española...
Antes de la expedición, los españoles comen un
"pequeño refrigerio", lo que significa: jamón serrano, butifarras,
chorizos de pamplona, pan en grandes cantidades y quesos fuertes. Una vez que
están cansados de comer, comienzan la aventura a paso lento y con barrigas
llenas. A la media hora, la expedición se detiene y llega el segundo refrigerio,
de las mismas dimensiones. Al llegar a la cima, es tiempo del premio: más
bocadillos. Y al regreso, ya es hora de la comida y un buen café.
Los franceses por su parte, inician la caminata al
instante, sin comida previa. Caminan a paso veloz sin cansarse un segundo y
voltean constantemente a preguntar si "la mexicana está bien o perecerá en
el intento de escalada". Al regreso, cuando han subido una montaña sin
siquiera detenerse por fatiga, entonces es hora del premio: aceitunas, quesos,
arenques y toda clase de vinos.
¿Caminata a la francesa o a la española?, ambas tienen
sus encantos y sobre todo, la mejor recompensa del esfuerzo: En Chelva, pasar
por arriba de un estrechísimo y antiquísimo acueducto romano en un desfiladero.
En Saint Michel, contemplar los restos ocultos entre las montañas de un viejo
castillo medieval.
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