viernes, 30 de septiembre de 2011

7. Ruta a Chelva

"Ruta a Chelva" (Comunidad valenciana, 2010)                                                                                                        ® Mariana Domínguez Batis

Apenas con dos semanas de trabajo, llegan las vacaciones de la Toussaint, con motivo de la remembranza de todos los santos y de los fieles difuntos, nuestro equivalente a Día de Muertos. Puede parecer extraño que los franceses descansen dos semanas por este motivo, pero todo comenzó hace tiempo, cuando esta época era el tiempo de cosecha de patatas y los niños no iban a clases por trabajar con sus padres, hasta que el estado decidió convertir el periodo en descanso oficial.

            Para comenzar el asueto, emprendo una excursión a las montañas de un pueblito de la comunidad valenciana llamado Chelva. Apenas dos semanas atrás me inscribí a la Asociación de Senderistas de Francia y con zapatos de montañista impermeables, un rompevientos y ninguna experiencia, escalé un pequeño monte en Saint Michel de Moucairol.

Después de las dos excursiones puedo concluir que el senderismo a la francesa no es lo mismo que el senderismo a la española...

            Antes de la expedición, los españoles comen un "pequeño refrigerio", lo que significa: jamón serrano, butifarras, chorizos de pamplona, pan en grandes cantidades y quesos fuertes. Una vez que están cansados de comer, comienzan la aventura a paso lento y con barrigas llenas. A la media hora, la expedición se detiene y llega el segundo refrigerio, de las mismas dimensiones. Al llegar a la cima, es tiempo del premio: más bocadillos. Y al regreso, ya es hora de la comida y un buen café.

            Los franceses por su parte, inician la caminata al instante, sin comida previa. Caminan a paso veloz sin cansarse un segundo y voltean constantemente a preguntar si "la mexicana está bien o perecerá en el intento de escalada". Al regreso, cuando han subido una montaña sin siquiera detenerse por fatiga, entonces es hora del premio: aceitunas, quesos, arenques y toda clase de vinos.

            ¿Caminata a la francesa o a la española?, ambas tienen sus encantos y sobre todo, la mejor recompensa del esfuerzo: En Chelva, pasar por arriba de un estrechísimo y antiquísimo acueducto romano en un desfiladero. En Saint Michel, contemplar los restos ocultos entre las montañas de un viejo castillo medieval.

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